sábado, 20 de abril de 2024

 Avance de Libro

 

PSICOPEDAGOGÍA COMUNITARIA

 

Una aproximación a las Relaciones de Poder en territorios de vulnerabilidad social

 MARITÉ SARTHE

Índice

Introducción

Capítulo 1. Psicopedagogía Comunitaria: pensar lo comunitario.

La psicopedagogía en cuestión

La psicopedagogía es comunitaria

Los comunitarios y una invitación a implicarse

El oficio psicopedagógico en comunidad

Referencias bibliográficas

Capítulo 2. Una Psicopedagogía Crítica implicada en lo comunitario

Teoría Crítica y Psicopedagogía

Las relaciones de poder y la práctica comunitaria

Psicopedagogía Comunitaria y la Teoría del Reconocimiento

Las Pedagogías Críticas y la Psicopedagogía Crítica

Psicoanálisis, Teoría del vínculo y Pedagogía Social

Referencias bibliográficas

Capítulo 3. Propuesta de acercamiento a la comunidad.

El método en el abordaje de la comunidad: una discusión práctica

El Modelo Comunitario basado en Paulo Freire

La implicación psicopedagógica como propuesta: el Modelo Comunitario Crítico

Referencias bibliográficas

Capítulo 4. Acerca de los psicopedagogos comunitarios

La génesis comunitaria de una psicopedagoga: el convencimiento

El enfoque profesional psicopedagógico

Los discursos absolutos

El Equipo, la interdisciplina y la relación con el saber

Las redes como dispositivos de abordaje psicopedagógico

Una cuestión de co-visión

Referencias bibliográficas

 

Capítulo 5. Experiencias comunitarias

Estudio de Caso: Pensar la psicopedagogía en el territorio

Un contexto inesperado

Sobre los espacios comunitarios

La “Salita recuperada”: espacio de encuentro psicopedagógico comunitario

Un caso psicopedagógico

Referencias bibliográficas

 

Conclusiones

Bibliografía

Introducción

Permítanme expresarme en primera persona con el único propósito de referirme sobre el origen de mis ideas en Psicopedagogía Comunitaria. Aquí quiero contar que he sido profesora en la tecnicatura de Psicopedagogía en un instituto de formación docente y técnica del Partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires, Argentina y habiendo ejercido con total libertad hemos desarrollado proyectos de extensión, de investigación y de prácticas profesionalizantes por casi 20 años (2003-2021) con compañeros y estudiantes de la carrera, en territorios de alta vulnerabilidad social y económica.

Si bien desde siempre la carrera sostuvo este tipo de prácticas, todo se intensifica cuando una red de jardines comunitarios demanda intervención allá por el año 2003. Las redes que generaban los Jardines de Infantes Comunitarios y sus modos de organización nos hicieron vivir la comunidad, acercarnos a sus códigos e interpretar demandas para el encuentro psicopedagógico. En su incipiente pero instalada conformación los jardines comunitarios dieron respuesta a la necesidad de albergue de cientos de niños desprovistos de jardines de infantes que fueran cercanos a sus domicilios. La inexistencia de jardines ya sean estatales, municipales o privados fue la primera de las razones para que un grupo de mujeres organizaran sus comunidades en procura de un espacio acogedor para los niños y confiable para los padres que trabajaban. Este movimiento social fue depositario de críticas y exigencias de formalización, círculos dominantes vieron en ellos un peligro que crecía y se organizaba día a día. Así en pleno ambiente de ebullición y cierto desprecio, por no contar con personal docente titulado ni edificios habilitados para tal fin y demás carencias, nos albergaron a profesores y estudiantes de psicopedagogía en sus espacios y se vivenció un aprendizaje dialéctico que impulsó proyectos coligados. Hemos asistido a la estremecedora experiencia al observar que muchos de los estudiantes ya siendo egresados como profesionales de la psicopedagogía se quedaban en esos territorios cohabitados, impulsando proyectos comunitarios variados, como centros de atención al aprendizaje en distintos espacios (jardines comunitarios, Iglesia, casas particulares). Es precisamente a esta experiencia que le debemos la idea de una psicopedagogía crítica que se instaló en el instituto, en la comunidad y que caracterizó a la carrera en su formación precisamente “comunitaria”.

Años más tarde, contando con experiencia en territorios con vulneración social, la organización de “una salita recuperada” como fue llamada en su momento se constituyó en un espacio de encuentro psicopedagógico que inspiró aún más la sistematización de algunas ideas vinculadas con esto que llamamos Psicopedagogía Comunitaria. La “salita” proveyó de experiencias comunitarias que trascendieron lo específicamente académico en cuanto a prácticas estudiantiles se refiere, porque se conformaron equipos interdisciplinarios que se involucraron ante demandas de tipo pedagógicas, psicológicas, psicopedagógicas y fonoaudiológicas.  Los lazos sociales y las redes se hicieron carne y la interdisciplina se constituyeron en verdadera praxis.  

A lo largo de estos años hemos asistido a cambios en las distintas comunidades en las que operamos, en sus organizaciones, proyectos, vínculos interpersonales e institucionales, discursos, cambios en nosotros mismos, el mundo ha cambiado y nos sorprende con nuevos escenarios, de modo que la necesidad de una sistematización, el aporte de otros constructos teóricos y de experiencias son imperiosamente necesarios para una práctica psicopedagógica en constante movimiento.

En todo el devenir de una práctica comunitaria compleja hemos presenciado una constante: las relaciones de poder. Ellas determinaron la necesidad de un análisis hermenéutico, de interpretación profunda que de manera relacional tuviese en cuenta la dimensión sociohistórica, discursiva y reinterpretativa sobre una subjetividad en y con contexto.

El presente escrito pretende establecer algunos lineamientos acerca de la comunidad sobre la que se aborda con estrategias psicopedagógicas, definir desde que postura teórica se entiende la Psicopedagogía Comunitaria y sus problemáticas y proponer un posicionamiento crítico de quien ejerce en comunidades dando a conocer experiencias relevantes.

Se propone en el Capítulo 1, partir desde aquello que entendemos por psicopedagogía para luego pensar en una conceptualización de comunidad que lejos de presentarla en sus lados más vulnerables o idílicos, se la presenta con todo su empoderamiento, fuerte, conflictiva y compleja. En este rastrillaje de conceptos e ideas, distintas dimensiones entran en juego sin agotar ninguna de ellas.

A partir de este incipiente entendimiento se provee de algunos elementos teóricos que sostienen los modos de pensar y comprender la Psicopedagogía Comunitaria en el Capítulo 2. Va de lleno pensar en autores y teorías quizás no tan “habituales” en psicopedagogía, que no conforman las lecturas que actualmente predominan; será esta una propuesta, la de aventurarnos a volar en nuestras reflexiones sin ataduras a discursos dominantes. El cap. 2 tiene centralidad en tanto continúa sugiriendo de qué modo vamos a entender las problemáticas comunitarias y las relaciones de poder que allí se dirimen. Se advierte que no se agota en aquello expuesto, sino que persigue el propósito de entusiasmar a los lectores hacia nuevas búsquedas.

El capítulo 3 intenta abordar los modos de acercamiento e intervención conocidos, registrando algunos antecedentes en estos modos y proponiendo un análisis hermenéutico que facilite y complemente abordajes comunitarios. En este sentido, se decanta un nuevo modo de percibir la intervención, el abordaje psicopedagógico es implicación.

El Capítulo 4 se inicia con un relato que termina de hacer lazo con aquello que entendemos por posición profesional. Un viaje a Bolivia direcciona desde un inicio más que una modalidad de trabajo, una ideología y ética sostenida, modos de entender a los demás y sus problemáticas. Toma en cuenta las experiencias transitadas y la teoría revisada y recreada para pensar en el oficio de los profesionales que ejercen la psicopedagogía en comunidades situadas y a veces sitiadas. Analizar la implicación psicopedagógica, cómo juegan las ideologías, discursos instalados, limitaciones para pensar en un posicionamiento profesional que impregne la tarea. El capítulo 4 deja en claro que en esta tarea no estamos solos, el trabajo en equipo, interdisciplinario, con redes y una co-visión que acompaña y ayuda a la creación de nuevas intervenciones se expresa con presencia.

En estos primeros capítulos se advierte acerca de lo inacabado de estas reflexiones, por ese motivo, quizás con el débil propósito de materializar las ideas inconclusas se propone el capítulo 5. Allí se ubicará una experiencia comunitaria para impulsar nuevos abordajes y posibilidades de oficiosidad, ligada a la implicación en un caso de un jovencito que ingresaba a su escuela secundaria y no podía leer. La idea es poner en evidencia las acciones, tareas, recursos, propuestas psicopedagógicas que, desde las condiciones más desfavorables, aun así, pueden ser realizadas.

Una aclaración importante: En el desarrollo de este libro, he tomado la decisión de no utilizar el lenguaje inclusivo. No quiero que esta elección se interprete como una oposición a la importancia de la inclusión y la diversidad, sino más bien como una elección basada en consideraciones de estilo y claridad. Mi objetivo principal es comunicar de manera efectiva los conceptos y principios psicopedagógicos, y creo que, en este contexto específico, el uso de un lenguaje más tradicional facilitará la comprensión. Aprecio la diversidad de perspectivas y estoy abierta a recibir comentarios y sugerencias constructivas. La intención es fomentar un diálogo respetuoso y enriquecedor sobre los temas abordados en este libro.


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PSICOPEDAGOGÍA CRÍTICA

 Psicopedagogía Crítica

Psicopedagogía crítica... "Participa desde un enfoque crítico en la comprensión de cómo las relaciones de poder juegan un papel determinante en el vínculo entre los que aprenden y enseñan, generando confusas y dudosas categorizaciones sobre el modo de aprender de las personas que la mayoría de las veces las someten a precarias conformaciones de subjetividad y fracaso escolar y académico. La psicopedagogía crítica intenta concientizar y hacer visibles las ideologías subyacentes al acto educativo en diferentes ámbitos y ofrece salidas alternativas. Se apoya sobre la teoría crítica, dado su fuerte carácter interdisciplinario se nutre con el psicoanálisis, la pedagogía crítica social, la sociología, la teoría del vínculo de Pichon Rivière y atiende a las corrientes pedagógicas latinoamericanas que se expresan con fuerza en los últimos años" (Sarthe, 2020).